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Capítulo 09.

Jimin demostraba cada vez más confianza con Jungkook, compartían momentos realizando algunas tareas, el alfa notó el interés que este tenía por sus pinturas, todos los días lo encontraba admirando las obras que Yongsun y Jin tenían colgados en la pared.

Así que tuvo la brillante idea de invitarlo a pintar, sorprendiéndose cuando Jimin, en pequeñas sonrisas, aceptó.

El alfa estaba junto a Jimin observando como el ojiverde tenía su vista fija en el lienzo —La vida nunca es como la pintan Jimin, es como tú le pongas el color —Jungkook le hablaba con su voz arrulladora.

Jimin admiraba con detenimiento como las manos de Jungkook tomaban los diferentes pinceles, mezclando colores para hacer las hermosas pinturas que adornaban la casa.

El alfa tenía un lienzo frente a él, se encontraban en una de las habitaciones de la casa, ambos descalzos y con ropa vieja que pertenecía a Jungkook, quien disimuló muy bien su alegría al notar a Jimin usándola, disfrutando de la mañana mientras le explicaba ciertas cosas.

Jungkook sonríe en su dirección —Hay una frase en particular que me gusta mucho: "la pintura es una poesía muda y la poesía es una pintura ciega, y una y otra van imitando la naturaleza en cuanto les sea posible", es de Leonardo da Vinci.

—Tiene sentido —Jimin responde sin poder quitar la vista de los brazos que resaltaban los músculos que se movían con precisión a lo largo del lienzo para formar un paisaje. Parpadea al sentir el deseo de ser abrazado por ellos.

Jimin vuelve a su lienzo y de inmediato se preocupó cuando en un intento de trazar una línea dejó una mancha que no encuadraba para nada en la pintura.

—Lo arruiné... —se lamenta.

El alfa sonrió —De eso se trata Jimin, mira —dijo, tomando otro poco de pintura, lo observó pidiendo su mano, el ojiverde avergonzado se la tendió—. Donde tú ves una mancha o un desastre, yo veo arte —mostró como "su desastre" fue visto con admiración, Jungkook esperaba que Jimin comprendiera que la frase también era por él, ya que la mancha se había convertido en pinceladas, haciendo parecer que los árboles estaban floreciendo en la pintura.

—Hermoso, ¿no crees? —cuestiona el alfa admirándolo.

—Lo es —responde y conectó miradas, Jimin sintió chispas en su interior, cuando el alfa levantó su pincel con pintura morada y le dio un pequeño toque en la nariz manchándola.

Jungkook pensó que de todas sus pinturas, el haber coloreado las mejillas de Jimin de un lindo rojo había sido la mejor de sus obras.

El alfa sonríe con ternura, toma un pedazo de manta —¿Me permites? —inquiere acercándose a su rostro para limpiarlo.

Jimin no responde, solo asiente, sus ojos no dejan de escanear el rostro cercano de Jungkook. El alfa alza la mirada al terminar y por primera vez Jimin es capaz de no apartarla.

—Listo —informa en un suspiro después de tallar con delicadeza y pasar su pulgar por su mejilla, quitando algunas pringas de pintura verde.

—Gracias —Jimin sonríe con sutileza y Jungkook siente que ganó el cielo.

—Debemos hacer esto con más frecuencia, ¿no crees? Me agrada tenerte cerca, tu compañía es muy gratificante —Jungkook sonríe y de nuevo Jimin siente algo dentro de sí.

—Gracias, supongo, yo también pienso igual, es muy lindo pintar.

Jungkook se acerca tan solo un poco, alza la ceja —¿Tan solo pintar te parece lindo? —inquiere.

Jimin boquea nervioso —Sí, pero acompañarte es mejor —dice y se ruboriza completamente.

—Me alegra saberlo.

✧✦✧

Ahora Jimin se acercaba a Jungkook para ayudarlo en algunas cosas o conversaban de cualquiera cosa mientras regaban las plantas de Jin. Aún actuaba tímido, pero Jungkook se sentía sumamente feliz.

Jungkook casi se va de espaldas cuando Jimin curvó un lado de sus labios hacia arriba, el alfa por estar admirando al ojiverde se golpeó con una maceta colgante de Jin. Luego Jimin se disculpa por casi burlarse del alfa y este le dice que está dispuesto a hacerlo más seguido si eso significaba verlo sonreír.

Jin seguía con la tarea de llevar a Jimin a sus terapias y chequeos por el problema de su omega, la doctora había dicho que era necesario buscar el calor de un alfa para ayudar a su yo interno, a despertar poquito a poquito.

Debía tener algunos avances notorios, pero le daba mucha pena y vergüenza acercarse tanto al alfa por voluntad propia o que Jungkook fuera a pensar que únicamente lo utilizaba.

Pero estaba orgulloso de sí mismo, el terapeuta, la doctora y Jin le felicitaban por lo que estaba logrando, eran pequeños avances, pero lo estaba haciendo.

Era de mañana, los alfas vestían sus uniformes listos para ir a las oficinas y seguir con todo el trabajo que tenían en manos, interceptaron unas cuantas entregas; sin embargo, no eran suficientes para dar con el paradero de Dongwoo. Aunque Jungkook estaba casi completamente seguro que ese alfa cobarde se encontraba fuera del país.

Se encontraban desayunando cereales y tostadas francesas que Jimin preparó, Jin estaba parloteando sobre la maceta que su cuñado le había regalado, unas hermosas azucenas amarillas. Hace unos días Jungkook llegó con algunas bolsas de obsequios, fue la excusa perfecta de regalarle algo a Jimin.

Jin estaba más que encantado, tenía un fuerte dolor de cabeza y el olor de la planta le había relajado mucho.

Yongsun le preparó un té para que tomara unas pastillas que le aliviaran el dolor, además de llenarlo de mimos.

Jungkook quedó con la boca abierta cuando vio a Jimin con el cárdigan que le obsequió, se fijó que a ese precioso chico le encantaban, sus ojos se veían verdes y su rostro parecía estar iluminado. Sintió que le pertenecía desde que lo vio en el aparador. Por alguna razón sentía que Jimin era alguien lleno de vida y que le gustaban las cosas coloridas. Y él se encargaría de darle todo lo que merecía. También que era amante de los productos de belleza. Así que ese sería su próximo regalo, cremas, lociones, jabones de baño, exfoliantes y algunos productos para el rostro.

Jimin al principio se negó, sentía extraño que le obsequiaran cosas, nunca había recibido algo de algún alfa. Y cuando Jungkook le tendió la bolsa, vio un brillo en su mirada. Así que aceptó y prometió que el algún día le obsequiaría algo.

El celular de Yongsun empezó a sonar, se levantó de mesa para responder mientras los demás seguían comiendo.

Jimin se veía tan hermoso que Jungkook no podía quitarle los ojos de encima. El ojiverde admiraba los tejidos y las flores salientes, el alfa sonrió con orgullo al notar el rostro resplandecido de Jimin.

Jin le dio un pequeño pellizco en el brazo para que escuchara lo que iba a decir, el alfa volteó a verle con el ceño fruncido.

—Oye Kook, ten esta servilleta para que limpies la baba que se te está cayendo por la cara —riéndose escandalosamente, tiró el trapo en su rostro.

Yongsun entró abruptamente en la cocina algo alterada, se dirigió a su hermano —Jungkook, apresúrate, tenemos problemas —lo lleva afuera para contarle, dejando a los amigos desconcertados.

Jungkook no esperó más, saliendo a toda prisa después de que Yongsun le contó sobre la llamada que recibió de parte de Yoongi, contándole sobre la nueva casa donde posiblemente estuviera una de las manos derechas de Dongwoo.

Tomó rápidamente su chaleco protector y su arma, se despidió de Jin y Jimin para dirigirse a su auto y tomar la delantera a las oficinas y comandar la redada.

—Yongsun, ¿qué sucede? —pregunta Jin muy preocupado.

—Cuando regrese te lo diré, amor.

—¿Es algo grave?

—Es algo sobre el caso de Jimin —dijo en susurros.

El omega se abrazó a ella y la alfa continuó relatando mientras le brindaba el cariño que su omega exigía —Nos han informado de un lugar donde se están vendiendo y prostituyendo omegas.

—¡Por Saturno! —Jin se abraza más fuerte a ella.

Yongsun frunció el ceño, Jin tenía los ojos rojos —¿Te encuentras bien, amor? Te siento extraño.

—Ignórame alfa, es este maldito dolor que no me deja tranquilo, ahora apresúrate y arranca una cuantas cabezas —pide con una sonrisa malvada.

Yongsun le besó tiernamente en los labios y lo abrazó fuerte —Cuídate, nos vemos por la tarde, te amo omega —luego de darle un último beso a Jin, la alfa se despidió de Jimin informando que quizá habían encontrado algo importante y que al regresar les explicaría todo.

Jin se quedó con este extraño sentimiento que no le gustaba para nada, Jimin llegó junto a él y el omega posó su cabeza en sus hombros.

—Tengo miedo Jimin, no me preguntes porqué, pero tengo algo aquí —dice colocando su mano sobre su pecho.

—Tranquilo Jin, si quieres nos quedamos en casa para que estés bien y puedas recuperarte, además deberías quedarte y descansar, puede que eso sea lo que necesites para que tu migraña se vaya.

—No, Jimin, hoy tienes cita con Daebin, es mejor salir, así nos podremos distraer.

—Como tú quieras amigo, pero no me molestaría pasar el día aquí y salir al jardín un poco.

—No cariño, lo haremos al regresar, hay que prepararnos y salgamos, ¿está bien? —se levanta yendo a buscar su cartera.

—Está bien, Jin.

—Es importante que no faltes a tus terapias, mira todo lo que has avanzado y ahora tienes mucha más confianza con Yoongi y Jungkook, ya no tienes problemas en permanecer junto a ellos.

La cara de Jimin estaba roja y el omega no podía creer que pudiera verse más tierno.

—Lo sé Jin, realmente estoy muy feliz por eso, siempre les estaré muy agradecido, les debo tantas cosas.

—No querido, es todo por ti, porque si tú no quisieras, nada sería posible.

Caminaron hacia sus habitaciones para terminar de prepararse y salir, Jimin se sentó en uno de los sillones esperando al castaño, Jin salió con un suéter más liviano haciendo gestos extraños ante la incomodidad que se veía que tenía.

—Jimin, ¿no crees que el clima está extraño?

—Emm, no.

—Creo entonces que pesqué un resfriado, ahora que vayamos a la clínica pediré que me revisen.

—Jin... —Jimin intenta convencerlo en quedarse.

—Estoy bien Jimin, vamos que tenemos que llegar a tiempo, quizá compremos algo para almorzar afuera, será una tarde de amigos sin alfas —el omega se burló pidiendo a Jimin que no contara nada a su alfa.

Salieron de la casa para subir al carro de Jin, notaron como uno de los autos vigías que Jungkook les había puesto los seguía.

Al poco tiempo de salir, Jin suspiró —Jimin, ¿te molesta si enciendo la calefacción? —pregunta con un leve temblor.

—Jin, me estás preocupando, hace rato tenías mucho calor y ahora frío, debimos quedarnos, yo podría haber cuidado de ti.

—Oww cariño, yo sé que sí, pero los dos necesitamos que nos revisen, no te preocupes, estoy bien, si es un resfriado me darán medicinas —asegura.

—Bien —respondió Jimin sin creer totalmente en su amigo que en su rostro demostraba todo lo contrario.

Llegaron a la recepción de la clínica, el terapeuta de Jimin no había llegado aún.

Hablaron con la secretaria esperando ser atendidos por Daebin, así después irían al doctor particular para que examinaran a Jin, ya que este se había negado a dejar a Jimin solo durante la consulta.

La secretaria les informó que Daebin ya los estaba esperando, se levantó de su silla para escoltarlos a donde se encontraba la doctora.

Tocaron la puerta, al fondo se escuchó la voz de Daebin permitiéndoles la entrada.

—Hola, Jin, hola Jimin, que gusto verlos de nuevo, tomen asiento por favor.

—Gracias, Dae, tú siempre siendo un amor —menciona Jin.

La omega se quedó viendo al omega castaño, acercó su mano a su rostro y le preguntó si se sentía bien, ya que parecía tener indicios de estar entrando en celo.

—¡Carajo, lo que me faltaba! —maldijo el castaño—. Supuse que era un tonto resfriado.

Daebin sonrió escuchando al omega —¿No llevas algún tipo de control?

—Soy irregular y esto siempre llega a destiempo.

Jimin se asustó un poco ante la situación, pero Daebin le calmó diciendo que faltaba algún tiempo, pues su olor no estaba fuerte todavía.

—Tenemos que regresar a casa Jin —Jimin pidió, nervioso.

—Sí, nos iremos después que Dae te revise.

—Jin, sabes que te quiero, pero eres muy terco.

—Lo sé, pero deja que te revisen, así podremos irnos, lo importante ahora eres tú amor, luego llamaré a Yongsun para que busque uno de esos hoteles especiales para estos casos —mencionó mientras buscaba su celular en la bolsa.

—¿Qué dices? No puedes irte de tu casa.

Jin estaba a punto de responder cuando se escucharon gritos que provenían de afuera, los tres se vieron hacia la puerta y luego a sus rostros.

La omega pidió que se quedaran sentados, Daebin asomó la cara por la puerta para ver que sucedía, cubrió su boca ahogando un grito cuando vio a su secretaria tirada en el piso con rastros de sangre y unos hombres con pistolas que caminaban de un lado a otro.

Cerró la puerta con mucho cuidado, calmando su respiración para poder hablar.

—Nos están asaltando —informa con temor.

—¿Qué? —grita Jin histérico.

—Shhh, cállate Jin, vas a llamar su atención, trata de relajarte o entrarás en celo en este momento —ella le calma pensando en que hacer. Daebin va en búsqueda del teléfono para llamar, pero la línea estaba muerta.

Alterado se dio la vuelta —Yongsun, debo llamar a Yongsun, ¿dónde se encuentra mi celular? —toma su bolso nuevamente para seguir buscando.

Jimin estaba sentado, su vista se perdió, la voz de Jin le resonó como un eco dentro de sus pensamientos —¿Dónde dejé esa tontería?

Se escuchaba personas corriendo y gritando, afuera los maleantes sacaban al personal y a pacientes dando disparos al aire. Daebin estaba temblorosa buscando en su bolso su celular para llamar a la policía.

Jimin se paralizó, los recuerdos vinieron a él, así como las olas chocan en las rocas del mar.

Sintió miedo de nuevo, su respiración se empezó a agitar.

Disparos y más gritos, cayó de rodillas siendo presa del temor, se tapó los oídos lo más fuerte que pudo. Muy dentro de sí mismo solo pensó en el alfa, llamaba a Jungkook, necesitaba del alfa, lo quería con él.

—Jungkook... —sollozó recordando su promesa—. Alfa...

De nuevo no entendía lo que estaba pasando, Jin estaba mal y alterado y él había empezado a llorar, Daebin les hablaba para que lograran tranquilizarse.

Algo se escuchaba por el pasillo de afuera.

—Jimin, ¿DÓNDE ESTÁS MALDITA ZORRA? —era un alfa usando su voz de mando. Los tres ven a la puerta temblando de miedo.

¿Cómo sabían su nombre? ¿Cómo lo encontraron?

Jin y Daebin se estremecieron ante la potencia con que habían hablado, se aturdieron tapándose los oídos.

—TE VOY A ENCONTRAR, MEJOR AHORRA TIEMPO Y SAL DE UNA VEZ, NO TE PUEDES ESCONDER POR SIEMPRE HIJO DE PUTA.

Jimin entendió todo, Dongwoo lo había encontrado y ahora sí lo iba a matar.

Una patada rompió la puerta dejando ver a un alfa acompañado por otros.

Ahora se escuchaban más gritos pidiendo ayuda.

Uno de ellos inhaló profundamente, sus pupilas dilatándose en segundos —OMEGA —dice acercándose peligrosamente a Jin, Daebin se paró frente a él para defenderlo, pero el alfa tiro de su cabello aventándola contra el escritorio.

Jimin se levantó de inmediato saliendo de su aturdimiento al ver lo que sucedía, Jin estaba rojo y sudando, en su mirada se notaba el miedo, pero su barbilla estaba alzada con orgullo para no dejarse amedrentar por nada.

Jimin llegó a su lado intentando protegerlo y los alfas solo rieron.

—Mira, nada más tenemos a una puta necesitada —uno de los alfas habla observando con deseo, Jimin se puso frente a Jin.

—No te atrevas a tocarme maldito neandertal —el castaño escupió muy enojado.

El alfa se acercaba a ambos mientras se ponían de pie, Jimin tomó a Jin poniéndolo detrás de él nuevamente. La valentía invadió su cuerpo, levantó la cara viendo el rostro de la bestia que tenían enfrente.

—No te atrevas a tocarlo, aléjate maldito idiota.

Otro de los alfas se acercó a ambos, pasando una mano por el cabello de Jimin riendo y dejando ver un diamante rojo que tenía en uno de sus asquerosos dientes.

—Al parecer la puta de Dongwoo tiene agallas, a ver estúpido, ¿y quién nos va a permitir eso? —inquiere acercándose peligrosamente.

—¿Qué es lo que quieren? —pregunta intentando ganar tiempo.

—A ti, pero pensándolo bien, nos divertiremos un poco antes —habla, sacando una navaja y pasándola por el rostro de Jimin, haciéndole un pequeño corte, dejando caer rastros de sangre sobre su piel, el alfa lamió el filo de su navaja limpiándola.

—Bien, aquí estoy —habla sin temor en su voz, tratando de ocultar con su cuerpo al omega que empezó a desprender feromonas de terror, su miedo no era por el mismo sino por Jin y por la pobre Daebin que se quejaba tirada en el piso.

No tiene porqué temer, si era hora de enfrentar su pasado, entonces lo haría.

—¡Oh, al parecer has perdido los modales que Dongwoo te enseñó! —el alfa exclamó, levantando la mano, dándole una fuerte bofetada.

La cara de Jimin se volteó del fuerte impacto, sintió cómo Jin se abrazó fuerte a él, no atreviéndose a hablar porque sabían que tenían una gran y enorme desventaja. Aún así, se paró a su lado haciéndole frente a todos.

Entonces escucharon al alfa hablar.

—Dongwoo te quiere de vuelta, así que vamos —lo agarra fuerte del brazo.

—¡No! —grita Jin sujetando a Jimin, pero cayó de rodillas al suelo por el dolor que estaba sintiendo, los otros alfas habían intentado acercarse, pero Jimin fue rápido.

—No se acerquen a él, no le hagan daño —ordena, firme y con molestia en su voz.

—Tú no nos dices que hacer, además la zorra se retuerce necesitada por el dolor, ¿qué no ves?, es un favor que estaríamos haciendo, el dolor pasará rápido si todos le ayudamos —se burla con sorna.

El alfa con una mirada de deseo pasó su lengua sobre sus dientes.

—No, no le hagan daño y me iré con ustedes ahora mismo, pero no lo toquen.

—Suena tentadora la oferta —el asqueroso mastodonte inhaló, llenando sus pulmones, de las feromonas del omega—. Igual tú vendrás con nosotros de cualquier forma, eres un egoísta Jimin, un tonto idiota, pésimo y repugnante omega el que tú no sirvas ni siquiera para eso no es culpa nuestra, no permites que ayudemos a tu pobre amiguito, el que tú no sirvas no es nuestra culpa —habla frente al rostro enrojecido de Jin, lamiendo su mejilla.

—Por lo menos deberías lavarte la boca, te apesta a mierda, no te vas a llevar a Jimin —Jin espetó, se limpia el rostro sintiendo asco, un nuevo golpe de dolor viene y casi cae al suelo sujetándose el vientre, Jin en pleno llanto nota que Daebin se arrastraba para llegar a él, el golpe que el alfa le dio en la mandíbula lo tiró al piso.

—¡Basta, déjalo! —Jimin grita empujando al gran alfa con miedo que le hicieran más daño a su amigo, se acercó con lágrimas en los ojos tirándose frente a él.

—Bien, sufre por él entonces —el alfa toma a Jimin estampándolo contra la pared.

Jin intentaba recomponerse, gritó viendo a esos alfas lastimar a su amigo. Un par de golpes después, el alfa vuelve a tomar a Jimin del cuello y lo tira de nuevo cerca de Jin.

Los omegas estaban llorando, no sabían cómo ayudarlo. Jimin fijó su vista en Jin y le habló en susurros.

—Nunca permitiría que te hicieran daño Jin, gracias por todo, y perdóname, por favor —le ve triste levantándose poco a poco y dando un beso en la frente de su amigo.

Jin quería decir algo, pero Daebin le apretó la pierna al ver las armas que los alfas estaban alzando hacia Jimin.

El omega empezó a llorar de rabia sin decir una sola palabra.

Tomaron a Jimin arrastrándolo del cabello —Este es un pequeño escarmiento que manda Dongwoo por ser una puta ofrecida y haberlo abandonado —masculló dándole un golpe en el estómago.

Jimin se sujetó el vientre adolorido, volteó donde estaban ambos omegas pensando que sería la última vez que los vería —Lo siento, por favor... —no lo dejan terminar y lo arrastran fuera de la habitación.

Antes de salir, el alfa se dirigió a Jin.

—Dile a Jeon que pronto los veré, que esto no se acaba aquí, que Nicola ha regresado y que le llenará de plomo la cabeza —su acento italiano se notaba en su voz.

Se fueron del lugar, montándose en los autos negros y blindados en los que habían llegado, amarraron de manos a Jimin, le pusieron un trapo en la boca porque había empezado a sollozar.

Jimin en su mente no dejaba de pensar en los pobres omegas y en su corazón tenía la imagen de Jungkook sonriendo, guardaba esos pequeños instantes dentro de sí, porque se imaginaba que nunca vería de nuevo la luz del sol. Este sería su fin.

✧✦✧

Ya tengo lo que prometí, señor Dongwoo —el alfa informa por celular.

La risa de Dongwoo resuena —Perfecto, dile al maldito que me alegra saber que nuevamente lo tendré entre mis brazos.

✧✦✧

Yongsun recibió una llamada de Yoongi informando que había otra entrega de drogas en otro lugar, el alfa decidió dividirlos para que puedan llegar a tiempo a los diferentes lugares, ya que si todos iban al mismo destino los otros podían enterarse y volver a cambiar el rumbo.

Así que el plan era que Yoongi interceptara la entrega de drogas y Yongsun con Jungkook se dirigieran a la casa donde estaban ocurriendo el tráfico de omegas.

Jungkook se había adelantado al camino, se encontraba conduciendo rápidamente para llegar a su destino cuando sintió algo extraño en el pecho, quiso ignorarlo, pero no pudo, la imagen de Jimin sufriendo se hizo presente, su respiración se agitó y se detuvo a orillas del camino cerca de la casa que iban a allanar, la presión seguía.

Intentó llamar a casa, pero nadie respondió.

Yongsun por su parte, venía a unos kilómetros tras de él esperando alcanzarlo para empezar con la redada.

A medio camino, su alfa rugió dentro de su pecho, Yongsun se desconcertó entendiendo por el lazo lo que pasaba, se detuvo de inmediato llamando a Jungkook...

—Jungkook, Yongsun... —dijeron al mismo tiempo.

Algo está pasando —Yongsun comunicó a su hermano, Jungkook se inquietó aún más—. Es Jin, algo le sucede —preocupada intentó llamar de nuevo.

—Vete Sun, yo te alcanzo, algo pasa con Jimin.

Yongsun conducía a toda prisa —¿Cómo que algo sucede con Jimin? —pregunta por el altavoz.

—No sé, pero siento que está en peligro —pisa el pedal del acelerador yendo a toda prisa.

Bien, Kook, ya voy de regreso —informó prendiendo las sirenas para que no le dificultara el pasar.

Jungkook llamó a las unidades para advertir de ambas situaciones, sentía cómo su alfa rasguñaba su pecho, entendía perfectamente lo que estaba pasando, frenó el auto derrapando sobre el asfalto y giró rápidamente para tomar una ruta alterna, debía ir con Jimin no podía dejarlo solo, Yongsun era fuerte y destrozará a quien estuviera frente a ella. Pero Jimin... él prometió protegerlo.

El pecho de Jungkook subía y bajaba, su respiración estaba agitada, sus manos se volvieron blancas por la fuerza con que estaba sujetando el timón del auto, estaba haciendo lo posible por controlar la furia de su alfa, sabía que algo no estaba bien, lo podía sentir a flor de piel.

"Pobre de quien se atreva a tocar a nuestro omega" su lobo habló.

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